dimanche 21 octobre 2018

Au boulot!



"HABLAR OTRO IDIOMA, LA LLAVE PARA LOGRAR EMPLEO" 


Salut à tous et à toutes !

En relación con lo que hemos comentado en clase a principio de curso sobre la importancia de estudiar las lenguas extranjeras, aquí tenéis un artículo  publicado estos días en el periódico El País acerca de las ventajas de dominar un segundo idioma extranjero para encontrar trabajo. Así que, a aquellos más escépticos os invito a leerlo y conocer historias reales de primera mano. 

Ahora ya sabéis, no esperéis más y AU BOULOT!! 


El País, 10 de octubre del 2018 

Cuatro historias en las que la oportunidad laboral no vino de los estudios realizados, sino del conocimiento de otras lenguas 

Veronica Quaedvlieg (izquierda) y Mariana Guasch, en Madrid.


Es sabido que los idiomas son una puerta a un mejor futuro laboral. Y también que, tradicionalmente, los españoles han tenido muy poca habilidad o dedicación a la hora de cultivarlos. España está en la cola de países europeos en alumnos de secundaria que estudian varios idiomas, según datos de Eurostat: solo el 25% aprende dos o más idiomas. Y eso que las posibilidades para encontrar trabajo aumentan casi en un 40% hablando otras lenguas.

Hay ejemplos que muestran esta utilidad, incluso en los giros más inesperados de las narrativas vitales. A continuación, unas cuantas historias que incluyen aventuras marítimas, viajes transoceánicos, corazones letraheridos, asuntos de seguridad en redes sociales, minerales a granel e historias de amor... con la lengua española.

Barcos bajo control

La relación de Mariana Guasch (Madrid, 1988) con los idiomas viene de lejos, cuando en su más tierna infancia sus padres se trasladaron al país vecino por motivos de trabajo. "Vivíamos en Portugal, aunque muy cerca de Galicia. Mis padres tuvieron mucha visión de futuro y decidieron escolarizarme en portugués y no en español. Así estuve hasta que cumplí 10 años, cuando nos marchamos". Por esta vuelta de tuerca del destino, Guasch acabaría siendo bilingüe en portugués. "Es un idioma muy complejo gramaticalmente y muy rico en sonidos, así que conocerlo me facilitó aprender luego otros", opina.
Su amor por los idiomas continuó en frecuentes visitas estivales a Francia, a un Erasmus en Bruselas y también a un año en Irlanda. "Decidí ir aprendiendo los idiomas uno por uno, para no contaminar uno con otro. También ir sacando títulos oficiales de cada uno", cuenta. Una estrategia lingüística que sorprende por su meticulosidad. Luego en el ICADE de la Universidad Pontificia de Comillas estudió la carrera de Derecho y Relaciones Internacionales; aunque su camino iría por otros derroteros. "Me licencié en plena crisis, en 2011, y traté de trabajar como abogada, pero tuve malas experiencias como becaria y decidí dejarlo", recuerda.
Entonces comenzó a dedicarse a los idiomas: traducciones, clases particulares, algunas enfocadas en aspectos jurídicos. "En vista de que el mundo del Derecho no me daba muchas oportunidades decidí especializarme en Comercio Internacional y más especialmente en Logística Marítima", relata. Esto le llevó a trabajar en una gran empresa encargada del comercio de materiales a granel, de minerales como yeso, caliza, clínker (arcilla y caliza calcinadas utilizadas para fabricar cemento Portland), que se exportan desde explotaciones españolas. "Me tenía que coordinar con personas en los puertos de África Occidental, donde me era muy útil mi conocimiento del francés, también en puertos de Mozambique o Angola, donde lo que se habla es el portugués", cuenta Guasch. De pronto todos los idiomas que se habían adquirido secuencialmente comenzaban a encajar en un proyecto común.
"El comercio marítimo va muy ligado a la historia económica reciente. El 97% de los productos se transportan por vía marítima", explica. Ahora Guasch ha cambiado de trabajo, pero dentro del mismo sector: los productos que supervisa son energéticos, como el carbón o ciertos derivados del petróleo (coque de petróleo o pet coke). Guasch es responsable de los barcos, a veces tres o cuatro al mismo tiempo, y tiene que comunicarse con los agentes aduaneros: "Es bueno que a cada uno le hables en su idioma. Así la relación es más fluida y agradable y se obtienen mejores resultados", relata. Todo lo necesario es una oficina, una buena conexión a Internet, un teléfono para llamadas internacionales y... el conocimiento de varios idiomas fruto de toda una vida de dedicación.

Para consultar el artículo completo, haz click en el siguiente enlace: 

https://elpais.com/economia/2018/10/09/actualidad/1539095052_242174.html

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